De todos los artículos pirotécnicos, las populares bombetas son los únicos que puede manipular un niño con relativamente poco riesgo. Su potencia explosiva es tan ridícula que ni siquiera pueden prender objetos inflamables o dañar la mano si explotan sobre ella. Lo que sí son es una fuente inesperada de plata.

La razón es que el fulminante empleado para que exploten al golpearlos contiene trazas de plata. Para convertir estas trazas en una pieza sólida de pura plata solo hace falta agua destilada, ácido nítrico, un crisol y altas dosis de paciencia.

En Cody’s Lab demuestran la técnica con la insólita cantidad de 5.000 bombetas. El primer paso es hacerlas detonar (es más práctico prenderles fuego). Después hay que filtrar los residuos con el agua destilada y el ácido nítrico. Una vez separada la gravilla que contienen las bombetas, el lodo se seca y se precipita con plomo en un crisol.

El resultado es una fina lámina de plata del tamaño de una moneda. El método no es apto para hacerse rico a menos que de repente tengamos acceso a una increíble cantidad de bombetas gratuitas. No obstante, en el improbable caso de que necesitemos balas de plata y la cubertería de la abuela no esté a mano, las bombetas pueden ser una solución. [vía Cody’s Lab ]


Síguenos también en Twitter , Facebook y Flipboard .