Por fin ha llegado el momento de presentar el trabajo ante una sala abarrotada de gente. Ese día sales de casa con prisa, muy nervioso. Mientras esperas tu turno comienza a correr un sudor frío por todo el cuerpo. Y de repente te acuerdas, te has olvidado ponerte desodorante. Apestas y ya no hay marcha atrás.
8 ene 2017
CÓMO UN VENDEDOR DE BIBLIAS CONVENCIÓ AL MUNDO DE QUE OLEMOS MAL
FUENTE: http://es.gizmodo.com/como-un-vendedor-de-biblias-convencio-al-mundo-de-que-o-1790747481