3 oct 2016
¿CÓMO HACEN ELLOS CUANDO QUIEREN GUSTAR MÁS?
Se dice que cada cual tiene su idea y sus patrones propios de belleza. Esto es cierto, pero tampoco es menos valedero decir que no toda idea de belleza parte de una valoración subjetiva. Digamos que también existen algunas normas a la hora de definir la belleza. Y ella está asociada a la noción de hermosura. Se trata de una apreciación personal: lo que es bello para alguien, puede no serlo para otro. Sin embargo, se conoce como canon de belleza a ciertas características que la sociedad en general considera como atractivas, deseables y bonitas. Una convención.
Hombrerias
Cuando los hombres queremos gustar más
Sebastian Fournier Sebastian Fournier1 de octubre de 2016
Se dice que cada cual tiene su idea y sus patrones propios de belleza. Esto es cierto, pero tampoco es menos valedero decir que no toda idea de belleza parte de una valoración subjetiva. Digamos que también existen algunas normas a la hora de definir la belleza. Y ella está asociada a la noción de hermosura. Se trata de una apreciación personal: lo que es bello para alguien, puede no serlo para otro. Sin embargo, se conoce como canon de belleza a ciertas características que la sociedad en general considera como atractivas, deseables y bonitas. Una convención.
En los últimos años, se ha vuelto cada vez más importante en el mundo del espectáculo, en los medios y en la publicidad centrarse en la belleza de la figura masculina “ideal”. Si bien hay estudios que demostraron que el problema de tener una imagen corporal negativa sigue siendo predominante en las mujeres, el porcentaje de hombres que admiten estar insatisfechos con su cuerpo crece a un ritmo mucho mayor, lo que es efectivamente novedoso.
Durante los años sesenta y setenta el ideal de la belleza masculina era más “andrógina”, debido a la filosofía de la igualdad de sexo que tuvo durante esa época y al movimiento hippie. Sin embargo, en los ochenta aparece la cultura del gimnasio y los ejercicios aeróbicos, entonces al hombre empieza a preocuparle presentarse saludable y fornido. En pleno siglo 21 vuelve a tomar fuerza el ideal clásico griego, cuerpos delgados pero musculosos con el mínimo de grasa corporal, pero además se le agrega un cuidado extremo, pieles suaves y afeitadas, siempre peinados, atildados y bien vestidos.
Hablando de griegos, Aristóteles, define a la belleza como “armonía”. Así la belleza sería la debida proporción de las partes con el todo. Lo que también puede decirse de otra manera: la unidad en la diversidad. En sentido aristotélico las características de la belleza serían el orden, la proporción, la luminosidad y el ritmo.
Una de las primeras discusiones de este tema data del siglo V a.C. en Jenofonte, donde se establecieron tres conceptos de belleza que diferían entre sí: la belleza ideal (que se basaba en la composición de las partes), la belleza espiritual (el reflejo del alma y que puede verse a través de la mirada) y la belleza funcional (de acuerdo a su funcionalidad las cosas pueden ser o no bellas).
Pero, más allá de la belleza física, ¿Qué aspectos hacen que las mujeres nos vean más “bellos”?
Ser espontáneos. Más de una dama menciona que ellas, lo que quieren de hombres es la espontaneidad. Un baile alocado. Afecto ilimitado y distendido. Besos guiados por la intuición. Gestos impensados. Naturalidad. Fabricación de “momentos” sobre la marcha. Recurrente improvisación.
Lo notable es que la espontaneidad es un camino que toma menos esfuerzo que la planificación. A partir de lo cual resultaría más fácil e increíblemente seductor ser espontáneo y que sólo “de repente” y sin ningún motivo aparente se nos ocurra a puro ímpetu, llevarle un regalo a nuestra pareja. Luego de esos instantes sencillos, seguramente luciremos más bonitos ante sus ojos.
La protección y la seguridad parecen ser dos aspectos que, si son bien llevados por el hombre, nos harán ver más agraciados. Esto no significa llevar una escopeta o fortificar la casa, ni poseer una cuenta bancaria abultada. Estamos hablando de que la mujer sienta a su lado a un compañero incondicional, que forme con ella un equipo sólido.
En lo que respecta a la seguridad verdadera, quizás debamos referirnos a la seguridad emocional y sus consecuencias. Nada de tener músculos grandes, o un cinturón negro en karate o un trabajo con salario enorme. En su lugar, un poco de apoyo a puede ser la base de todo. También el sentido del cariño y la demostración palpable, el abrazo oportuno; ofrecer el hombro para llorar, descansar o morir de risa quizás haga la diferencia entre un hombre bueno y uno maravillosamente perfecto.
Aprender a escuchar y saber entender es fundamental. Igualmente, no parecería que las mujeres quisieran hombres que entiendan de todo. Más bien, que nosotros percibamos, advirtamos y nos involucremos en ese camino hacia ellas (aun cuando no lo entendamos del todo). Mostrarles un oído atento y un corazón paciente. Demostrar a nuestra pareja que ella nos preocupa y conceder el tiempo que ella necesite, a pesar de que pienses que no lo tienes.
Más allá de la manifestación sensorial, es posible considerar algunas cosas que, aunque abstractas y conceptuales, nos transforman en seres más llenos de atractivo.
FUENTE: http://10curiosidades.com/como-hacen-ellos-cuando-quieren-gustar-mas/